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Sólo dos preguntas (¡Pregunta y hazte extremadamente rico!)

Cuando se le pregunta, se reta a un individuo a examinar y recitar su propio conocimiento sobre un asunto en particular. . En el principio de mi fe, aprendí a hacer dos preguntas que han generado una enorme riqueza eterna. En tu estudio de las Escrituras, habrás notado que Jesús a menudo hacía preguntas.
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Sólo dos preguntas (¡Pregunta y hazte extremadamente rico!)

Artículo#: 2031

¿Se equivocó Jesucristo, por quien Dios hizo el mundo? Juan 3:16-20:

16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él.

18 El que en Él cree, no es condenado, pero el que no cree, ya es condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.

19 Y ésta es la condenación; que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.

20 Porque todo el que hace lo malo aborrece la luz, y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprobadas.

El hombre mundano, que está muerto en delitos y pecados, constantemente impugnará “así dice Jehová,” porque sus obras son malas y es de la raíz del diablo. Las ovejas del mundo—o mejor dicho, los cabritos— están afectadas por una infinidad de enfermedades físicas y mentales. Estas enfermedades tienen raíces espirituales y se formaron porque el hombre mundano rechazó al Cristo del Calvario.

Jesús dijo en Mateo 12:33: “…porque el árbol por su fruto es conocido.” El árbol de donde el mundo tiene sus frutos se encontró por primera vez en medio del Jardín de Edén. Junto a este árbol, la abuela Eva rechazó la Palabra de Dios en un acto de incredulidad y abrazó las palabras del diablo. El abuelo Adam siguió el ejemplo de su esposa. Desde entonces, toda su descendencia — tú y yo—fuimos vendidos en pecado. Como dice el Salmos 51:5:

He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre.

No se puede encontrar ninguna cura en esta tierra. El problema no tiene esperanza: no, el remedio no es de este mundo. El remedio es el Hijo unigénito de Dios, que descendió a la tierra desde el cielo para romper el dominio que Satanás tenía sobre las almas de los hombres y liberar estas almas cautivas para todos los que crean en Su nombre. Jesús llama a este lugar de libertad NACER DE NUEVO. Juan 3:3:

Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo: El que no naciere otra vez, no puede ver el reino de Dios.

Aquí morimos al viejo hombre carnal y resucitamos en Cristo para siempre. El bautismo cristiano en agua por inmersión es un símbolo de este milagro inmenso llamado NACER DE NUEVO. Romanos 6:3-6:

3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?

4 Porque somos sepultados con Él en la muerte por el bautismo; para que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida.

5 Porque si fuimos plantados juntamente con Él en la semejanza de su muerte, también lo seremos en la semejanza de su resurrección;

6 sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con Él, para que el cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.

Querido visitante, ¿aún tienes que NACER DE NUEVO — nacer una segunda vez muy real, esta vez del Espíritu de Dios? En solo unos momentos, te invitaré a seguirme con un simple mensaje, y si me sigues de todo tu corazón, todo cambiará para ti hoy.

¿Estás cansado de las ataduras vacías y tontas del mundo? ¿Anhelas un nuevo comienzo — un comienzo completamente nuevo? Hoy has llegado a la solución. Hoy, todo tu pecado y vergüenza serán lavados por la sangre limpiadora de Cristo. Nacerás de nuevo por segunda vez. Hoy, todas las ataduras de Satanás en tu vida serán rotas, sin importar cuán desalentadoras parezcan. Hoy serás prístino, limpio y libre del Espíritu Santo. Este es el evento de todos los eventos y está a solo unos segundos de distancia.

Aquí está el mensaje que prometí: haz clic en Más allá con Jesús para obtener instrucciones sencillas y la entrada inmediata al Reino de Dios. Haz clic ahora, ¡no debes esperar! AHORA EL TEMA DE HOY.

DIOS DIJO, Juan 3:3:

Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo: El que no naciere otra vez, no puede ver el reino de Dios.

DIOS DIJO, Hechos 19:2:

les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído que hay Espíritu Santo.

DIOS DIJO, Marcos 16:17:

Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas;

EL HOMBRE DIJO: Guardo mi fe a mí mismo. ¡Es un asunto privado, tú sabes, no es para consumo público!

Ahora EL REGISTRO: Bienvenido a la función 1190 de GodSaidManSaid que certificará una vez más la buena fe del hermoso Libro de Dios, la Santa Biblia del texto mayoritario. Todas estas funciones de fomento de la fe están archivadas aquí en texto y audio para tu edificación y para ser utilizadas como cebo para los pescadores de hombres. Cada jueves por la noche, si Dios quiere, crecen en uno.

Gracias por tu visita. Que la gracia y la gloria de Dios sean multiplicadas para ti y tu casa.

Pronto, todos los que visiten este mensaje morirán, incluso si uno vive 100 años más. Salmos 90:9-10:

9 Porque todos nuestros días declinan a causa de tu ira; acabamos nuestros años como un pensamiento.

10 Los días de nuestra edad son setenta años; y en los más robustos son ochenta años, con todo, su fortaleza es molestia y trabajo; porque es cortado presto, y volamos.

Considera Santiago 4:14:

cuando no sabéis lo que será mañana. Porque, ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es un vapor que aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.

Ésta es la situación de toda la humanidad.

Cuando John Doe (nombre ficticio) llega al final de su vida, terminan todas las tonterías vacías del mundo. Ya no hay camino para John Doe. Se acabó y todo lo que poseía ya no es suyo. La casa de John no es suya; El coche de John, su barco, su rifle de caza... ya no son suyos. La cuenta corriente de John, las carteras financieras, el dinero; La ropa y los zapatos de John; Incluso la esposa de John ya no es suya. Cuando John entregue su espíritu, enfrentará a sus obras y el día del juicio final.

¿Quién dudaría de esta dura realidad? Sucede todos los días y no se puede negar. Pero, ¿y si te dijera que hay una manera de cambiar esta espiral descendente y vacía? Hace años, recogí a un autoestopista, un hombre de unos 50 años, que parecía estar adicto al alcohol o las drogas: estaba descuidado y sucio, pero era un filósofo. El autoestopista me dijo que su gran plan era vivir como el diablo y gastar todo lo que tenía –que parecía ser muy poco– y luego morir, porque “no te lo puedes llevar contigo.” Estuve de acuerdo con el viejo filósofo y le dije que es cierto que no puedes llevártelo contigo. Sin embargo, le conté un secreto: puedes enviarlo por adelante. Por supuesto, los hijos e hijas de Dios demuestran regularmente esta asombrosa habilidad al invertir en el Reino eterno de Dios. Jesús enmarca perfectamente este principio en Mateo 6:19-21:

19 No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan.

20 Mas haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla, ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan.

21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.

Mi nieto mayor me dijo un día: “¡Papá, deberás que eres rico!” Le dije que sí era rico, no necesariamente en dinero, pero sí en almas eternas. Le expliqué que el Creador del universo murió desnudo y pobre en un monte calvario, pero seguramente Él fue el más rico de todos, de y para todos los tiempos, porque en esa Cruz de sacrificio, redimió a todos los desdichados y perdidos del mundo al que invocaría su nombre. Le expliqué que un alma comprada con sangre valía más que la riqueza agregada de toda la tierra y su universo. Así es como se ve ser rico.

Ha sido mi glorioso privilegio ser lavado en la sangre del Cristo poderoso por más de 50 años. En el principio de mi fe, aprendí a hacer dos preguntas que han generado una enorme riqueza eterna. En tu estudio de las Escrituras, habrás notado que Jesús a menudo hacía preguntas. Cuando se le pregunta, se reta a un individuo a examinar y recitar su propio conocimiento sobre un asunto en particular. Cuando damos testimonio de Cristo a otros, nuestras palabras a menudo entran por un oído y salen por el otro, pero cuando se plantea una pregunta, el conocimiento del individuo sobre el asunto se vuelve claro tanto para el que pregunta como para el que está siendo preguntado. Dios me estaba enseñando como hacer preguntas.

PREGUNTA 1: Era alrededor del año 1971 y estaba sentado en una clase de sociología en la universidad de Pensilvania, E.E.U.U. El profesor preguntó a la clase cómo se llega al cielo. Encuestó al salón y las respuestas se redujeron a dos:

1. Ir a la iglesia y obedecer los Diez Mandamientos; y

2. No tienes que ir a la iglesia, sólo sé una buena persona y no lastimes a nadie, y llegarás al cielo.

Antes de continuar, ¿cómo responderías a la pregunta, “¿cómo se llega al cielo?” Consigue una hoja de papel y anota tu respuesta. Pausa el audio en tu computadora o teléfono y escribe tu respuesta. Mira el papel. ¿Es esa tu última respuesta?

El profesor, por cierto, votó por la primera respuesta.

En 1971, yo era un nuevo hijo de Dios y aún no había votado en la encuesta en el salón. Levanté la mano y pregunté: “Profesor, ¿aceptaría usted a Jesucristo como autoridad sobre cómo llegar al cielo?” El profesor respondió que, si uno fuera cristiano, la respuesta tendría que ser sí. “En ese caso”, continué, “ambas respuestas en la pizarra son incorrectas.” Les recordé a la clase que Jesús dijo en Juan 3:3 que uno debe NACER OTRA VEZ. Juan 3:3:

Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo: El que no naciere otra vez, no puede ver el reino de Dios.

Había alrededor de 30 estudiantes en esa clase universitaria, la mayoría de todos confesando el cristianismo — en conjunto, casi 600 años sentados en los bancos de iglesia— y ninguno sabía cómo llegar al cielo.

Estoy seguro de que un buen porcentaje de ustedes ha mirado su hoja de papel y ha descubierto que han escrito la respuesta incorrecta. Eso no es bueno cuando te das cuenta de que la respuesta ya se dio en el preludio de esta misma función —información que entró por un oído y salió por el otro. Hacer una pregunta involucra al oyente, lo que requiere una búsqueda interna y expone el conocimiento del individuo sobre el tema.

He hecho la pregunta “¿cómo se llega al cielo desde aquí” muchas veces, pero solo obtuve la respuesta correcta una vez? Muchas almas han sido ganadas para Cristo a causa de esa pregunta.

Por cierto, el apellido del profesor que enseñó esa clase de sociología era DIVINO. ¿Coincidencia, no crees?

Haz la pregunta. Te sorprenderán tus resultados excelentes. Cuando tu ser querido reconozca ante ti (y ante sí mismo) que no supo cómo llegar al cielo, cierra la venta. Pregúntale si le gustaría resolver el problema y entregar su corazón a Jesucristo. Allí mismo, en el acto. Si necesitas orientación sobre qué decir cuando dicen que sí — ¡y eso sucederá con frecuencia! — visita “Más allá con Jesús.” Todo lo que necesitas está ahí. NACER DE NUEVO es el milagro más grande que el hombre puede conocer.

Pregunta 2: Hechos 19:1-7:

1 Y aconteció que mientras Apolos estaba en Corinto, Pablo, habiendo pasado por las regiones superiores, vino a Éfeso, y hallando a ciertos discípulos,

2 les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído que hay Espíritu Santo.

3 Entonces les dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Y ellos dijeron: En el bautismo de Juan.

4 Y Pablo les dijo: Juan bautizó con el bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en Aquél que vendría después de él, esto es, en Cristo Jesús.

5 Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús.

6 Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban.

7 Y eran por todos unos doce varones.

La segunda pregunta que aprendí a hacer fue: “¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis?”

El bautismo del Espíritu Santo, también conocido como el don del Espíritu Santo, es fundamental para el desarrollo del hijo de Dios y para el crecimiento de la iglesia. El día de Pentecostés, cuando la iglesia recibió inicialmente el bautismo del Espíritu Santo, se conoce comúnmente como el cumpleaños de la iglesia. Habían transcurrido cuarenta días desde la resurrección de nuestro Señor hasta Su ascensión al cielo, y faltaba un día más para Pentecostés, y ni una sola alma en el texto bíblico había sido añadida a la iglesia. Los creyentes se escondieron por miedo a los judíos. Ten en cuenta que su líder acababa de ser crucificado.

En el día de Pentecostés — una fiesta judía similar al Día de Acción de Gracias en Estados Unidos — 3,000 almas fueron salvas en lo que parecen ser sólo unos minutos. Hechos 2:1-8 registra lo que sucedió:

1 Y cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes en un mismo lugar.

2 Y de repente vino un estruendo del cielo como de un viento recio que corría, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados;

3 y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.

4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.

5 Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones debajo del cielo.

6 Y cuando esto fue divulgado, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua.

7 Y todos estaban atónitos y maravillados, diciéndose unos a otros: Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan?

8 ¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido?

Luego, después de que el apóstol Pedro les predicó el Evangelio, encontramos lo siguiente, Hechos 2:37-41:

37 Y al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?

38 Entonces Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.

39 Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.

40 Y con otras muchas palabras testificaba y exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.

41 Así que, los que con gozo recibieron su palabra, fueron bautizados; y aquel día fueron añadidas a ellos como tres mil almas.

El primer mandamiento que Jesucristo le da a la iglesia justo antes de ascender al cielo es quedarse en Jerusalén hasta que seáis investidos o ungidos con poder de lo alto. Lucas 24:46-49:

46 y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día;

47 y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y la remisión de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.

48 Y vosotros sois testigos de estas cosas.

49 Y he aquí, yo enviaré sobre vosotros la promesa de mi Padre: mas vosotros quedaos en la ciudad de Jerusalén hasta que seáis investidos con poder de lo alto.

Nuevamente, Cristo instruye a la iglesia en Hechos 1:8-9:

8 pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo; y me seréis testigos, a la vez, en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.

9 Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado; y una nube lo recibió y lo encubrió de sus ojos.

Juan el Bautista habló del Rey Jesús en Mateo 3:11:

Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; mas el que viene tras mí, es más poderoso que yo; cuyo calzado no soy digno de llevar; Él os bautizará con el Espíritu Santo, y con fuego.

El don del Espíritu Santo no era algo exclusivo de los días de la iglesia naciente; no, ¡ni mucho menos! Considera Hechos 2:38-39:

38 Entonces Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.

39 Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.

¿Jesucristo enseñó a hablar en lenguas? La respuesta es sí, y Jesús incluye la capacidad de hablar en lenguas en su descripción de cómo debe ser un creyente. Jesús describe a un creyente en Marcos 16:17-18:

17 Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas;

18 tomarán serpientes; y si bebieren cosa mortífera, no les dañará; sobre los enfermos pondrán sus manos y sanarán.

¿Has recibido el Espíritu Santo desde que creíste, como lo recibieron en el día de Pentecostés cuando todos hablaron en lenguas desconocidas para los que hablaban? Si respondiste que no, si recibiste pero no volviste a hablar en lenguas, o si te resulta difícil estimular el don, visita la “Serie Espíritu Santo” de GodSaidManSaid. Tómate tu tiempo, lee o escucha cada función en orden y no te saltes de las instrucciones. Durante la función número 5, espera ser bautizado en el Espíritu Santo como lo fueron en el día de Pentecostés. Éste es el poder y la fuerza del Espíritu Santo que necesitas.

La segunda pregunta que aprendí a hacer se enmarcó en Hechos 19:2: “… ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis?”

Este es el segundo mayor milagro que el hombre puede conocer y el primer mandamiento que Cristo dio a la iglesia justo antes de ascender al cielo. Desde que se hizo esa pregunta inicialmente, incontables millones han recibido ese bautismo del Espíritu Santo, tal como lo hicieron el día de Pentecostés.

Cuando hagas la pregunta y descubras que tu ser querido no ha sido bautizado en el Espíritu Santo, pregúntele si le gustaría recibirlo de inmediato. Si la respuesta es sí y necesitas orientación sobre qué hacer a continuación, visita “Baptism in the Holy Ghost (At Home Help) (Bautismo en el Espíritu Santo (ayuda en el hogar),” una guía de 15 a 18 minutos.

Dios me enseñó a hacer dos preguntas muy especiales, y la riqueza eterna generada es inconmensurable. ¡Empieza a acumular tu riqueza eterna hoy! Haz clic en "Más allá con Jesús" para obtener instrucciones sencillas como de un niño. Todo lo que necesitas está ahí.

DIOS DIJO, Juan 3:3:

Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo: El que no naciere otra vez, no puede ver el reino de Dios.

DIOS DIJO, Hechos 19:2:

les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído que hay Espíritu Santo.

DIOS DIJO, Marcos 16:17:

Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas;

EL HOMBRE DIJO: Guardo mi fe a mí mismo. ¡Es un asunto privado, tú sabes, no es para consumo público!

 

 

 

Ahora tú tienes EL REGISTRO.

 

 

 

 

Referencias:

Autorizada Santa Biblia Reina Valera Gómez 2010

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